6.6.09

La Irreprochable (parte dos)

Sucede que la temática en torno a la Irreprochable alcanza un grado Sociológico.

He aquí una estadística que preparé calculada, ésta, para tres o cuatro horas de estada en la calle, visitas a la universidad, tiendas, restaurantes, etc.

Movimientos aproximados que cuesta mantener la irreprochabilidad callejera:

  • Miradas al espejo (distintos tamaños, clases y lunas) (25)
  • Miradas en los cristales de las vidrieras (60)
  • Humedecimiento de los labios (10)
  • Acomodamiento rápido de la prenda interior "Sostén" de un tironcito (5)
  • Llevada de las manos a los pinches, colets, o cualquiera sea aquello que sujeta el pelo (18)
  • Lustrada furtiva de zapatos, restregándolo contra la parte posterior de la pierna (6)
  • Imprevistos con respecto a carteras, bolsos, pliegues, cuellos, pantalón, etc. (50)

Total de movimientos 174

Lo que nos hace deducir que, si después de dos años de esta táctica para mantener la irreprochabilidad callejera, este fervor estético alcanza el premio de un "novio", este novio representaría, en el supuesto de que la Irreprochable hubiera salido a la calle nada más que dos veces por semana, cerca de 34.000 movimientos "ad hoc", lo que significa un desgaste muscular, con su correspondiente acumulación de toxinas, digno de un atleta de alto rendimiento.

Y luego, que se atreva alguien a afirmar que un hombre no vale nada.

(En el caso pues, de que alguna amiga, conocida, desconocida pero de sexo símil, se hubiese enojado conmigo, no importa. Declaro que, no les temo enojadas, sino más bien, MANSAS Y SUAVES).

12 comentarios:

Nahiomy dijo...

Demasido desgaste muscular para ser derrochado en la adquisición de un "novio"

Atisbos dijo...

Ésta me gustó: "Llevada de las manos a los pinches, colets, o cualquiera sea aquello que sujeta el pelo"
Con ese gesto se pueden, o ganar guerras, o iniciarlas. Habría que hacer un ensayo completo sobre la percepción de ese tipo de gestos. Otro ensayo sobre la gestualidad celestial, y un disco musical entero dedicado a los objetos que utilizan las mujeres. Una canción que se llame, por ejemplo, "préstame tu pinche", "esa colonia me ha creado un séptimo sentido", "tus uñas, tus manos, tu pelo.", títulos de ese estilo. Para qué hablar de botones.

Saludos.

Andres Anderes dijo...

el otro lado de la moneda se ve luego de casadas.
XD
Saludos.

Atisbos dijo...

Acabo de darme cuenta de que "La irreprochable (parte uno)" fue escrita en este mismo blog en el año 2007. Pienso entonces, cómo alguien puede tener ese calibre escritural tan alto desde hace ya tiempo (a pesar de que los años pasan volando, y un par de meses no es nada). Pienso aún más, en el "escrito antiguo" que comienza "Hoy pienso en el borracho, es el suicida más encomiable..." y me maravillo aún más. Y pensando más aún, ya en términos inferenciales casi deductivos, veo el título de este blog y me digo, claro, si aquí se vende caro, es porque lo que se vende es de hermosa calidad y de imposible comparación. Que se siga vendiendo caro, pues no puede y no debe ser de otra manera. Pero yo insistiré en seguir comprando.

Circonfession dijo...

sí,
problemas de claridad
o de blancura
y sin embargo
lo que nunca puedo dejar de pensar es
qué pasaría con las palabras que ahora faltan
si acaso
de pronto
el país fuese presa de un bombardeo
de lo que se llama una guerra
entre dos o más estados soberanos
quizá
por ejemplo
a los que antes no les apareció
en la pantalla de sus teléfonos celulares
la combinación númerica tan anhelada
ese número que se digitó tantas veces
en estado de intemperancia
y que jamás recibió como respuesta
sino la música de la compañía de turno
entonces
sólo entonces les aparecería
los que esperaron colchones durante un mes
y no los recibieron
sólo entonces los recibirían
los que quisieron regalar bonobones y dejaron que un bus los llevara a un insólito destino para en la última esquina arrepentirse
sólo entonces los regalarían
los que quisieron cantar serenatas bajo la ventana de su amor platónico a la luz de la luna y no tuvieron el valor ni la guitarra para hacerlo
sólo entonces las cantarían
quizá
cómo saberlo
las chicas con un gato tejido en su poleron
enojadas para siempre con algún torpe y arrebatado ser humano
quizá les perdonarían
lanzando un beso volado hacia una nube
quizá
mientras los edificios
se caen a pedazos.

Dailhar dijo...

por lo que uno ha llorado.

Dailhar dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Dailhar dijo...

estoy débil. no hay ánimo. es una tristeza que cierra de golpe mi puerta. hace frío. no hay estufa. las tablas marcan mi espalda como si fuera un pan abandonado en su tostadora.

PD: el pan alcanza la tristeza bajo la lluvia. Pero yo no estoy triste, sino que precisamente "eso" me ha dejado "cabizbajo".

Atisbos dijo...

No existe medición alguna para el instante. Ni los relojes ni las escuadras pueden dar cuenta del momento decisivo. Cuando el corazón bombea, cada sangre entra y sale renovada, es otro yo, son otras instancias. Ni el hecho de prender un fósforo en perpétua oscuridad daría cuenta del instante en que apareció el fuego. Mirarse por más de quince segundos o abrazarse por más de treinta segundos seguidos sería la única manera de ejercer alguna especie de poder sobre el infinito. No existe palabra alguna que denote lo que se siente en momentos específicos. El grito podría ser la metáfora.

Dailhar dijo...

digan que he muerto.

Dailhar dijo...

reproductivos.












(entregarse a la auto-sospecha).

Anónimo dijo...

"El rendimiento de los músculos de un ciudadano, que cumple tranquilamente con sus deberes ordinarios durante toda la jornada, es mayor que el de un atleta que tiene que levantar una vez al dia pesos enormes; esto está fisiologicamente demostrado. Es pues, lógico que las pequeñas obras cotidianas, en su importe social y en cuanto interesan para esta suma, prestan mucha más energia al mundo que las acciones heroicas"

(Robert Musil, El hombre sin atributos)