2.7.09

Estado de cosas posteriores al momento en que se habla

Los sucesivos modos de ser o estar se empantanan de aquel, inexorable y delimitado:
temor ante la contingencia de ciertos vocablos tildados en su caracter postrimero en específico definido en "A" (Á).
Así, tal como en el patrón: [Me] amará
besará
acariciará
querrá
perdonará
abrazará, etc.

El asunto está en que:
Así como el pasado, (asimilado al caracter "O" tildada; tal como: [{nunca} me] amó, besó, acarició, quiso -excepción a la regla- perdonó, abrazó), se presenta siempre ante el espíritu con los rasgos definidos de la certeza; lo propio del futuro es su incertidumbre primordial, claro está, con independencia del grado de probabilidad que la predicción pueda alcanzar {eso de la probabilidad, solo consigue hacernos parecer turbados (patéticos)}.

En el fondo, al encontrarnos con la presencia de la "ulterioridad", tratamos con asuntos que nunca fueron, que todavía no son, y que acaso nunca sean.

Llamo a la Real Academia Española a dejar de ilusionarnos, y, por consiguiente, los insto a eliminar de sus registros gramaticales al menos el Futuro Simple, aquel que de un modo absoluto denota que algo existirá, tendrá lugar.