16.2.10

Cerebro, ¡engatúzame nuevamente!.

Años al alero de sus mandatos, para que con la sola asistencia a la celebración del cumplimiento de años de una amiga se fuera todo a las pailas. Esas pailas eran indecentes. Grasosas, llenas de aceite hirviendo y reutilizado contra toda regla impuesta por el seremi de salud metropolitano. Sigilosamente, y a vista y paciencia de avisos y advertencias, aniquilaron uno a uno mis preceptos, intenciones y motivaciones.
Sí, sí, su reemplzante no era del todo malo. Tenía, en el fondo, buenas intenciones, incluso lindas. Su drama era no tener conciencia de su imposibilidad, consecuencia de lo cual, asusaba el caballo con las más filudas de las espuelas.

El asunto es Señoras y Señores que ya no hay tiempo. La debacle no puede seguir siendo el emblema. Ha llegado el momento de construir, pero, no la más linda de las casas en la que nadie más que tú quiera vivir. Sino una en la que todos cuantos quieran puedan entrar y profitar de su hospitalidad y belleza.

Ya basta de los mandatos de aquel que desplazó al cerebro, ese que una y mil veces lograba que la misma frase saliera de nuestras bocas, aún cuando ya ni ánimo para un suspiro existía y su imposibilidad categórica era la marca de garantía.


No trate de finjirlo, hágase parte del cambio. Podríamos jugar y engañar a nuestras intenciones, eso no resultaría, pues esto nunca fue un juego. Asuma las consecuancias de la realidad. ¡Déjese engatuzar!.


Adopte la actitud que se toma cuando, por el peor capricho de fortuna, llegóse justo a las 21.00 horas al hogar. Sentiste el "turutuntutuntutun" de 24 horas central y "rayos, ¡no vi el último capítulo de la teleserie, esa que tanto me gustaba y no me perdía ni por travesura!(pues ni ánimo para travesuras había.)", no importa,no desespere. En ese caso, olvídese de ella, ya la programación le ayudará dejando de transmitirla. No vea siquiera la repetición, no vale la pena. Esa novela acabó, anímese con la siguiente, la del otro semestre, esa con mejores actores, esa con esos avances tan emocionantes, tan estéticos, bien diseñados, y esos diálogos, no, esa teleserie será el furor. Tenga Fe, anímese. Es cierto, todos nos embelesamos con la anterior. De la misma manera estamos concientes, era buena, lo era, sabemos también que se involucró a decir basta con sus tramas y personajes, que más de alguna vez la hizo llorar, que más de alguna vez rió a carcajadas, que más de alguna vez preparó los platos más espectaculares solo para acompañar el momento de su transmisión, y por qué no decirlo, que más de alguna vez la hizo sentir el amor más profundo, el deseo más pasional, y el cariño más extremo, al ver a esa pareja protagónica, tan lindos y enamorados.

Pero no siga, ya no vió el final, las fuerzas interestelares no le permitieron disfrutar del siempre falacioso final feliz. Déjelo ahí.
Entienda que esas tiras comerciales de la nueva propuesta del area dramática, tan acuciosamente preparadas, intentan motivarle, captar su atención, con los más lindos colores y paisajes y los más ingeniosos libretos. No sea mal agradecido, al fin y al cabo, esa nueva teleserie la quiere, sí la quiere,
Cautivar.
Déjese cautivar por su encanto.