15.1.09

No sé algo.

«Sé que Heidegger no puede soportar que mi nombre aparezca en público, que escriba libros. Desde siempre le he ocultado de alguna forma mi vida, siempre he actuado como si todo esto no existiese y como si yo no supiese contar hasta tres, por supuesto, a excepción de cuando se trata de la interpretación de sus propias cosas, en ese caso apreciaba que supiese contar incluso hasta cuatro. Pues bien, de repente la ocultación se me hizo demasiado aburrida y me han puesto un ojo morado.»
(Carta Hannah Arendt a Karl Jaspers 1961)

No estoy aburrida y tengo la suficiente disposición a aceptar el par de ojos en tinta.
Estoy dispuesta incluso a olvidar, no tan solo ocultar.
Me haré unas runas.
Procuraré entonces olvidar:
Los números
Las series que consecuencialmente puedo formar con ellos
El alfabeto
Las palabras posibles de formarse del anterior
Posteriormente las frases susceptibles de ser construidas
La capacidad de unirlas de forma coherente en un texto
¡ INCLUSO las reglas gramaticales y Ortográficas!
La capacidad de intervenir en una conversación
(Estoy dispuesta incluso a que se agradezca mi no-intervención)
Autores, textos, refranes, proverbios, parábolas
Borraré los viajes y la experiencia inmanente en ellos
También cómo entonar la voz
Toda melodía con su texto correspondiente
Conocimientos varios en: matemática, física, química, biología e historia.
Colores, texturas y formas.
Además claro de todo conocimiento respecto del que alguna vez supe todo aquello que pretendo olvidar.

Si así no consigo algo, haré uso de una balsa previamente preparada en virtud de la falta de fe siempre presente, con provisiones para tres días, e instrucciones claras y concisas de cómo llegar al río Baker, que por ser el más caudaloso del país me procurará un descenlace de óptima calidad.
Cruel.
Lento.
y
"De eficacia comprobada".