2.7.09

Estado de cosas posteriores al momento en que se habla

Los sucesivos modos de ser o estar se empantanan de aquel, inexorable y delimitado:
temor ante la contingencia de ciertos vocablos tildados en su caracter postrimero en específico definido en "A" (Á).
Así, tal como en el patrón: [Me] amará
besará
acariciará
querrá
perdonará
abrazará, etc.

El asunto está en que:
Así como el pasado, (asimilado al caracter "O" tildada; tal como: [{nunca} me] amó, besó, acarició, quiso -excepción a la regla- perdonó, abrazó), se presenta siempre ante el espíritu con los rasgos definidos de la certeza; lo propio del futuro es su incertidumbre primordial, claro está, con independencia del grado de probabilidad que la predicción pueda alcanzar {eso de la probabilidad, solo consigue hacernos parecer turbados (patéticos)}.

En el fondo, al encontrarnos con la presencia de la "ulterioridad", tratamos con asuntos que nunca fueron, que todavía no son, y que acaso nunca sean.

Llamo a la Real Academia Española a dejar de ilusionarnos, y, por consiguiente, los insto a eliminar de sus registros gramaticales al menos el Futuro Simple, aquel que de un modo absoluto denota que algo existirá, tendrá lugar.

11 comentarios:

Atisbos dijo...

Si. Creo categóricamente que el futuro es absolutamente impredecible, a pesar de que las probabilidades, en estricto rigor, son finitas. No creo que de aquí a mañana tenga una probabilidad de 1/2 de volar. Sería entretenido si, pero es una creencia que no se adapta a los hechos experimentales del mundo. La única manera de dejar el espacio abierto a una posibilidad infinita, y por lo tanto, de no dar cabida alguna a las probabilidades, es eliminar el concepto de experiencia. El caso de la matemática es distinto, como siempre. En ese caso no hay experiencia alguna que derrumbe los axiomas. Sería entretenido también, pero el caso de derrumbar axiomas, o crear otros, jamás va ligado a mundos posibles o imposibles, sino que sólo a la lógica de la cuestión, y como bien sabemos, la lógica nada tiene que ver con la experiencia (tal vez en cierto grado con el sicologismo, tengo mis dudas ahí). La cuestión es que también se pueden hacer predicciones a futuro sin necesariamente tener que ser clarividente ni apelar a la finitud de las probabilidades. El caso más común para explicitar esto, y, por lo tanto, para justificar un cierto atomismo, es el ejemplo de la piedra que cae. Ya hay varios blogs con ese ejemplo de la piedra. Cambiemos la piedra por este cd que tengo ahora en mi mano. Si lo suelto, apuesto el 100% de probabilidades de que éste se caerá (esta webada es puro Peirce). Si creemos en el Absoluto, y somos más románticos, podríamos dar cabida a que el cd no caerá si lo suelto. Yo a veces pienso así, pues soy un idealista, como bien todos lo saben. Es decir, no salgo a la calle pensando que al abrir la puerta de mi casa me elevaré hasta el cielo, camino sin pensar en la gravedad ni nada por el estilo, pero dada mi constante paranoia y mi constante escepticismo y duda, puedo dar cabida a una infinitud de probabilidades. De hecho, yo creo con vehemencia en el infinito. Del futuro no podemos saber nada, pero podemos hacer ciertas predicciones, tal vez todas erradas. Peirce plantea que predecimos porque intuimos la realidad, la generalidad que existe entre un término y otro. Yo también he hecho predicciones y he acertado, así como he hecho otras y he fracasado. Pero el estadio existencial del tiempo, el transcurso de segundo a segundo, no está sujeto a ninguna especie de linealidad. En un segundo estoy acá, en este espacio intuido temporalmente, y en otro segundo estoy allá, como si me estuviesen jalando de un hilo. Estoy ligado patológicamente al idealismo. Creo que el realismo tiene bases sólidas de argumentación, y puede ser lo más acertado, pero estoy ligado patológicamente al infinito, a la creencia de que todo es posible. Creo, por ejemplo, que al momento de tomar una micro, o de subirme a la bicicleta, se abre un campo de destinos posibles imposibles todos de aprehender, o de siquiera imaginar. Ha ocurrido que cuando me subo a mi bicicleta, pedaleo y sigo caminos que llevan a un destino determinado, pero en ese seguimiento lineal, aparecen ciertas imágenes o hechos que me desvían del camino, como por ejemplo, ciertas calles de antaño, a las cuales me meto, sólo para recordar mi infancia. Llego tarde a mi destino planeado o simplemente no llego. Jamás vi como posibilidad el hecho de meterme a pasajes memorables. Bien: se pueden hacer predicciones, pero no de todo. No puedo predecir qué ocurrirá hoy, a pesar de que puedo de cierta manera intuirlo. Todos intuimos más o menos qué es lo que va a ocurrir. A veces acertamos, otras no. Las cosas más bellas e increíbles sobrepasan el límite de la intuición. Lo sublime jamás puede ser calculado, ya que, como dice Kant, es lo absolutamente grande. Lo magnánimo, lo más hermoso o terrible que pueda ocurrir en nuestras vidas, jamás puede ser calculado. Ocurre cuando ocurre, sin previo aviso.

En fin.

Atisbos dijo...

He encontrado otra manía mía: cuando estoy en bares, y veo objetos que están muy cercanos a la orilla de la mesa, los muevo hacia el centro. Así como también cuando estoy conversando con alguien, me pongo a dibujar círculos en esa mesa, o en caso de que no haya mesa, agarro hojas o ramas y sigo haciendo círculos. Converso moviendo cosas. Me gustan las hojas en otoño.

(No pude dejar todo en un sólo comentario porque se puede escribir hasta un máximo de letras, y lo excedí, no lo sabía)

Saludos.

Circonfession dijo...

Sí.
Fue grato, no crea ud. que no, a pesar de la fidelidad de un estado de cosas. Pude citar a Nicolás M. aquí...según ud., mis lecturas de él dejan mucho que desear, pero no lo haré. Diferencia entre dar razón de la razón o por la razón. Tomo distancia (en el sentido de los cuadros de Cézanne) de cualquier celestinismo en relación con She. Es decir, me pongo al márgen (en el sentido del boxeador acabado) de cualquier circunstancia relativa a ello. Tiro la toalla: que lo sepa todo Chile.
Borito: me gusta carretiar contigo.
Laura, muchas gracias por todo.

César Vallejo dijo...

Desgraciadamente,
el dolor crece en el mundo a cada rato,
crece a treinta minutos por segundo, paso a paso,
y la naturaleza del dolor, es el dolor dos veces
y la condición del martirio, carnívora voraz,
es el dolor dos veces
y la función de la yerba purísima, el dolor
dos veces
y el bien de sér, dolernos doblemente.

Jamás, hombres humanos,
hubo tánto dolor en el pecho, en la solapa, en la cartera,
en el vaso, en la carnicería, en la arimética!
Jamás tánto cariño doloroso,
jamás tan cerca arremetió lo lejos,
jamás el fuego nunca
jugó mejor su rol de frío muerto!
Jamás, señor ministro de salud, fue la salud
más mortal
y la migraña extrajo tánta frente de la frente!
Y el mueble tuvo en su cajón, dolor,
el corazón, en su cajón, dolor,
la lagartija, en su cajón, dolor.

Crece la desdicha, hermanos hombres,
más pronto que la máquina, a diez máquinas, y crece
con la res de Rousseau, con nuestras barbas;
crece el mal por razones que ignoramos
y es una inundación con propios líquidos,
con propio barro y propia nube sólida!
Invierte el sufrimiento posiciones, da función
en que el humor acuoso es vertical
al pavimento,
el ojo es visto y esta oreja oída,
y esta oreja da nueve campanadas a la hora
del rayo, y nueve carcajadas
a la hora del trigo, y nueve sones hembras
a la hora del llanto, y nueve cánticos
a la hora del hambre y nueve truenos
y nueve látigos, menos un grito.

El dolor nos agarra, hermanos hombres,
por detrás de perfíl,
y nos aloca en los cinemas,
nos clava en los gramófonos,
nos desclava en los lechos, cae perpendicularmente
a nuestros boletos, a nuestras cartas;
y es muy grave sufrir, puede uno orar…
Pues de resultas
del dolor, hay algunos
que nacen, otros crecen, otros mueren,
y otros que nacen y no mueren, otros
que sin haber nacido, mueren, y otros
que no nacen ni mueren (son los más)
Y también de resultas
del sufrimiento, estoy triste
hasta la cabeza, y más triste hasta el tobillo,
de ver al pan, crucificado, al nabo,
ensangrentado,
llorando, a la cebolla,
al cereal, en general, harina,
a la sal, hecha polvo, al agua, huyendo,
al vino, un ecce-homo,
tan pálida a la nieve, al sol tan ardio!
¡Cómo, hermanos humanos,
no deciros que ya no puedo y
ya no puedo con tánto cajón,
tánto minuto, tánta
lagartija y tánta
inversión, tanto lejos y tánta sed de sed!
Señor Ministro de Salud; ¿qué hacer?
!Ah! desgraciadamente, hombres humanos,
hay, hermanos, muchísimo que hacer.

Unknown dijo...

La mujer me hizo alcohólico

Atisbos dijo...

La Imaginación, como gritaría Kant, la facultad de imaginar, la Einbildungskraft, si es que así se escribe, pero la Ein-bildung, la construcción de historias internas, la construcción interna, la articulación de figuras infinitamente posibles, que somos capaces de configurar en nuestra ¿mente? ¿conciencia? ¿En qué lugar se encuentra aquella facultad de imaginar, que tanta figura hermosa, como tanta figura terrible, nos permite evocar? Mi imaginación articula figuras a partir de lo que voy experimentando a cada segundo. Tengo un problema con la empiricidad, que consiste en ser totalmente absorbido por ella. Si en Kant la imaginación posibilita en enlace sintético de la diversidad fenoménica, mi enlace es totalmente caótico, a veces, pues es un enlace que tiene como base la praxis, la empiria. Por eso me pregunto ¿cómo es posible que la imaginación, que supuestamente posibilita el fenómeno como Objeto, sea, en mí, a la vez ella posibilitada por los fenómenos, digamos, por los Objetos? Mi conciencia de los objetos, la aprehensión de ellos, está posibilitada por mi imaginación, preñada de ella, pero a la vez, mi imaginación está condicionada por ellos. Vivo en un círculo de aprehensiones. Interpretaciones en forma de huracán. Pero me encanta vivir así, como un hombre destinado a la deriva, con días de paz, días de furia, y días totalmente hermosos. Todo hombre que naufraga en los omnipotentes mares de la perpétua especulación, busca fundirse eternamente en aquellos días hermosos, en la raiz misma de todas las rosas posibles.

Atisbos dijo...

Qué manera de volverse loco! Me quedé dormido unos 10 minutos dada mi situación noctámbula y soñé con que te ibas de la u, ya que dijiste que te querías ir, cosa que no me cuadra en mi pequeña cabeza preteórica. Fue de esos sueños donde en el fondo no se está durmiendo, no sé cómo explicar eso, pero desperté asustado. No te puedes ir de la u! Eso sería como que a Kant, al mismo Kant, le hubiesen negado la posibilidad de escribir la Crítica del Juicio. Filosofía Universidad de Chile sin Laura = Kant sin Crítica del Juicio. Y nótese que no se puede entender la totalidad de la filosofía kantiana sin pasar por la Crítica del Juicio, sin pasar por lo sublime! Qué sería de la Matemática sin el número 12? 12 fueron los apóstoles, 12 las estaciones del año, 12 el zodiaco, 12 horas, 12 sueños. Estoy escribiendo esto recién despertando, si es que alguna vez estuve despierto: creo que mi falta de palabras se debe a falta de vigilia, en el sentido de la vigilancia. En fin. Me gustan estos sueños intempestivos pues me hacen escribir de inmediato. Pero es que no-te-puedes-ir.

Un saludo extremadamente cariñoso.

radio galaxia dijo...

este blog está muy lento. publica.

de nuestra conversación en el pasillo de las sopas sólo una acotación: la conversión al cristianismo de los judíos argelinos que nunca fue total, es decir que entre la expresión y la mención hubo un abismo muy grande.

Anónimo dijo...

laura
cúando nos vamos a vestir como la niña de la esquina de arriba de las fotos tuyas del cartel y vamos a pintar las paredes con lápices cera?
puede ser?

te quiero
mmmmmmmmmm

muac

pd: le respondì el meil a vicente y le dije que ibas a tocar el 5 en el taller sol

Atisbos dijo...

La situación ecléctica es la siguiente: estoy seguro de que desde suelo chileno se puede divisar Marte, una estrella roja que aparece de vez en cuando en noches cálidas. Siempre me he atormentado maravillosamente al imaginarme los planetas todos cercanos a la Tierra, es decir, que veamos Júpiter, Neptuno, Mercurio, al lado mismo e incluso poder tocarlos así como se toca Marte con la punta de los dedos y desaparece de la vista mientras va desapareciendo la noche.

la lengua no pertenece dijo...

solamente una vez