29.5.09

Entiéndase todo lo que digo como talla. Un algo poco serio.

Me está perturbando la malintepretación de mis gestos.
Tengo que hacer un curso de "Relaciones Interpersonales".

Aclaración: trátase el siguiente texto de un post que escribí en el portal de un sujeto "T", con el objetivo de ironizar respecto a su postura filosófica (a saber, un cierto tipo de empirismo Humeano) y su especie de "no gusto" por filósofos tales como Immanuel Kant, aludiendo a un verso de un poema del mismo. Guardando las proporciones de la producción poética del individuo, pretendo se entienda la intensión irónica, al parecer extremadamente subrepticia (para no haber sido notada por el individuomismo), respecto de la, a mi parecer, obviedad en cuanto a que no tendría que ser la corriente filosófica de un sujeto representada necesariamente en su producción lírica.
Las tematizaciones aquí expuestas bordean en lo inexacto y lo tentativo, pues la preeminencia no está ciertamente en caracterizar cierto movimiento filosófico, sino, "tirar la talla".
Esperando que lo anterior no se haya leído muy formal, en detrimento de mi intención. Este es el post.
(Risas)

" 'Lo onírico carece de vida'. (Extracto del poema "Delirio"):

No. (En un uso no determinista, sino coloquial del término, tal como ¡No! o No... [de asombro])

¿Cuáles son las impresiones distintas con su correspondiente correlato empírico en aquella proposición?
Digo, pues, en su totalidad no veo contenido experiencial, tampoco en la disgregación de sus conceptos.
¡No! eliminemos aquellos términos blasfemos de un cierto caballero un tanto jorobado, y de tinte iluso. Sigámoslas llamando impresiones. Mas. ¡la causalidad! ¿Dónde? ¿Qué experiencia me hace acreedor de la suficiente avidez como para establecer ligazón tal?
Porque, está bien, no podría explicarlo; puede que mi experiencia con el mundo sea limitada, pero, no tenemos por qué utilizarme de ejemplo. De cualquier modo, se me podrá conceder cierta obvia evidencia en, al menos el hecho de que la verificación empírica de la caída de los cuerpos (¿típica no?), es, a todas luces más recurrente que aquella proposición que relaciona lo "onírico" con la "carencia de vida". Podríamos quizá comenzar ahora a establecer concepciones "juiciosas" en el sentido de "tipos de juicio", pero, no pretendo contaminar tú espacio público (el de sujeto) con influjos externos, (rayos, ya tomé un tinte no "ad hoc" con esa frase)
No, no me refiero con eso a un algo "fuera de la mente", sino, a enunciados de gente que sí aboga por la existencia (no en un sentido estricto del término, podráse notar), de externalidades tales que no debiese subsumir a este soliloquio con pretensión decorosa.

[Decorosa aún en la decadencia ortográfica]

(¡¿Qué vamos a hacer con los caprichos de esta niña "¡Dios mío!", (no) "¡Altísimo Alá!" (no) "¡mónada!")(Que no haya paz siquiera para recurrir a una frase de aliento, a un apoyo remoto - en lenguaje informático, en el sentido que finalmente nunca mejoran tu velocidad de conexión [pero, "ojo", seguimos conectados]- que no haya paz ni para eso)

El post scriptum versa en la siguiente direccion.

P.S: Seguramente lo anterior, "podría" estar bien, mas no goza de pertinencia, en un sentido general (metodológico-estructural).
Podría ser, si intento establecer relaciones ulteriores, una intención para con el título de la poesía.

Bajo la a-percepción clara de la esterilidad, me reconozco como un tanto limitada estéticamente (bajo el amplio espectro, tanto filosófico-artístico-vulgar del término)

Por el mento puedo afirmar, (como la mayor de las posibilidades), que incita a la evocación. Saludos."


Al anterior post, se suscitó una reacción, que caracterizaba la corrección de la frase por mí extraída (lo carente carece de vida), y la explicitación del juego semántico que implicaba el título de la obra, a la base de una figura literaria: la metáfora.
Versa de la siguiente manera:

"Risa, querida, mucha risa.

Corrijo:"Lo onírico es carente de vida"

Sí. Concuerdo: no hay tal correlato empírico.

Explico: De-lirio --> de-lirar --> de Lira, Rodrigo: (contexto)
Lo onírico carente de vida como expresión de lo esquizoide en la muerte suicida del autor. Ya no concuerdo... lo lamento".


La reacción de la sujeto "yo" fue la siguiente, no haré un preámbulo, creo puédese evidenciar la intención (o al menos eso espero):

"(la)Carencia-(lo)carente.
(aunque la carencia podría entenderse en un criterio más amplio, en su sentido nominal, mas a su vez quizá más drástico; mientras que lo carente refiere más bien a un objeto particular que sufre la carencia, a modo de adjetivo.)
Pero eso lo decides tú, querido, asi que esta perorata (como la anterior), no tiene sentido.

Muy cierto.Seamos rigurosos en los conceptos.
Mi actitud "careció o se vió carente" de sensatez.
(Te advertí mi incapacidad sensualista)
(Y todo se reducía a una Figura literaria)
(Y la tontona subsumiendo particulares de un todo completamente contextualizado, al que no fue capáz de acceder)".


Cabe destacar que todo esto funciona como ejemplo ilustrativo al hecho en un comienzo esbozado.
No tengo la menor idea de cómo funciona mi aparataje gestual, llámese: cara, tono de voz, intensidad, palabras a enfatizar, etc. Y quizá deba plantearme el hecho de recurrir a un curso de "relaciones interpersonales".

4 comentarios:

Atisbos dijo...

Está difícil este texto: la relación oblícua entre particulares y universales y la exégesis apostólica de una exigencia conceptual; pues mira, amiga mía, yo utilizo una serie de conceptos vacíos que no sé hacia dónde se dirigen, pero creo que de alguna manera la gente me entiende, o saca sus propias conclusiones, dadas mis facultades insípidas y mis gestualidad payásica como mis verbos. Y claro, yo tampoco sé como son vistos mis gestos, está difícil cachar eso, sobre todo cuando me doy cuenta de que en cada espejo soy otro (la wea hippie, pero cierto). Y si, demás que en el fondo estamos siendo malinterpretados, o tal vez suceda que somos malos intérpretes de nuestros verbos. Ahora, no sé si tuviste una discusión con don "T", cosa que sería entretenida, tal vez, pero pucha, si fuiste malinterpretada tal vez sea porque, aludiendo al típico ejemplo de la gravedad, de la piedra que cae, claro, tal vez no fueron vistas aquellas propiedades jiroléticas de la piedra (o del aire, quien sabe), que lleva a contradicción proposicional. Es difícil entenderse intersubjetivamente. Por mi parte, a veces creo que no he comprendido absolutamente nada. Anoche estaba leyendo la cuarta conferencia de Harvard de Peirce y aparece, mira que casualidad, el ejemplo de la piedra que cae. Ahí el caballero se pregunta: ¿por qué se puede saber que cuando suelto la piedra de mi mano ésta caerá al suelo si nada se le interpone? Es decir, ¿por qué puedo anticipar un hecho antes de que suceda? Y la respuesta es porque ya he experimentado antes el hecho de que cuando suelto la piedra de mi mano ésta cae: percibo la generalidad de que "todas los objetos se caen" (disculpa mi poca rigurosidad lingüística y retórica), en el fondo percibo la ley, la terceridad, la generalidad. Ahora bien, creo, parece que yo he percibido pocas generalidades: soy un transgresor de la ley, pero en el sentido de que nunca las he comprendido. Tal vez nadie se esté comprendiendo.

Saludos muchacha de bellos rulos.

Circonfession dijo...

"El segundo parágrafo le prohíbe a esta mujer pasar el umbral de la puerta, porque suele suceder que ella lleve su audacia hasta el encuentro de los que pasan. He visto, con mis propios ojos, a esas busconas coger a los hombres por el brazo, por las ropas, y forzarlos, por así decir, a entrar en sus casas (...) También prohíbo la apertura de almacenes y de tiendas en las que mujeres públicas se instalen como modistas, lenceras, vendedoras de perfumes, etc. Las mujeres que ocupan esos almacenes o tiendas mantienen las puertas o las ventanas abiertas, para hacer señas a los que pasan...Hay otras más hábiles que cierran sus puertas y sus ventanas, pero hacen señas a través de los cristales desprovistos de cortinas, o dejando entre esas cortinas un intervalo que permite una fácil comunicación entre el interior y el exterior. Algunas golpean contra el escaparate de la tienda, cada vez que pasa un hombre, lo que le hace girarse hacia donde viene el ruido, y entonces las señas se suceden de una manera tan escandalosa que no se le pueden escapar a nadie. Todas esas tiendas se encuentran en los pasajes".
..........F.F.A. Béraud, 'Las mujeres públicas de París y la policía que las gobierna', II, París, 1839, pp. 149-150.

Anónimo dijo...

laura!!!!!

Anónimo dijo...

Me informan, querida, que el curso aquel se imparte en la intersección de Compañía con Amunátegui, o por ahí cerca donde hay 'cabrxs tirando la talla'
Salut!